EL MITO DEL LUNES

Son los lunes los que tienen la fama de ser el peor día de la semana...pero no lo tengo yo tan claro. No es que exista entre ellos mucha diferencia, pero a veces, un jueves que a simple vista parece una jornada de reflexión de lo que nos espera el viernes, la antesala de algún botellón o garrafón, o de simple descanso casero… por lo tanto, con puntos positivos a su favor… Se puede convertir en el día más horroroso de la semana con diferencia… os voy a contar como ha sido mi amanecer en este día y el transcurso de mi vida hasta que he llegado al trabajo:

A eso de las 7 a.m. he conseguido oír en la lejanía la alarma del móvil, he reptado hasta él para que se callara de una vez...totalmente desorientada y aturdida, puesto que he pasado una nochecita “toledana” debido a una bellísima persona, entrañable donde las halla, que tiene por costumbre jugar con la Wii, con un juego de tenis o de golf, no lo tengo claro, durante toda la noche...debe de ser familiar de Gallardón y se está preparando para las Olimpiadas de Madrid 2020...¡qué seguro que nos las dan esta vez! Y como por nuestro barrio no tenemos pistas de tenis en condiciones… pues esta gentil criatura entrena de noche…con nocturnidad y cierta alevosía... En fin… tras esta alteración del sueño…¡imaginaros el careto matutino!!!!!

Cuando he conseguido erguirme, me he dirigido al baño…dejando los minutos de rigor para que el ojo se acostumbre de la oscuridad más absoluta a la luz artificial...y poco a poco...he visto la luz, como Caroline… Cuando ya he creído que mi cerebro estaba preparado para ver lo que se reflejaría en el espejo tras la nochecita de entrenamiento vecinal…¡qué va…!!!! ¡era todavía peor!!!! A mi lado ”la Belén Esteban” cuando sale en el “Sálvame Diario” parece que acaba de retocarse en Corporación Dermoestética ¿Me entiendesssssss?… que espanto de ojeras, las bolsas del tamaño de las de reciclado del Carrefour… y creo que si no hubieran terminado de rodar REC2 me habrían seleccionado en el casting para hacer de "la niña Medeiros"…

Tras superar el estado de shock inicial, estaba claro que había que tirar por la calle de en medio…”Operación Restauración Liceo de Barcelona”...y bueno…no he quedado mal del todo... Cuando la parte psicológica se estaba viniendo arriba… me tocaba el despliegue de la forma física…

Puesto que he citado antes a nuestro “querido edil madrileño” y en homenaje a su “Cabezonada” creo que deberían de aceptar como deporte olímpico el “schooling”, véase la definición: “dícese de aquel deporte que consiste en correr, bajar escaleras, saltar obstáculos, levantamiento de peso, rallie urbano y estilo libre…(ya verá cada uno lo que sea menester)”...y te mantiene en una buenísima forma física… Las personas que practican este deporte suelen tener de 25-45 años y tienen uno o varios hijos en edad escolar…¡Situación en la que me encuentro!!!!! Pues eso…levantas a la criatura que anda en el quinto sueño y medio inerte, la vistes como puedes, la coges en brazos, corres por el pasillo y bajas como una flecha las escaleras, entre tanto véase la dificultad del deporte pues el atuendo que se usa para practicarlo suele consistir en traje mono de vestir con zapatos de vértigo, aderezado con la bolsa de la tartera y por supuesto …¡la bolsita de la basura que el que la tenía que tirar porque no lleva nada en la mano, se le ha olvidado bajarla a la calle!... Bueno ya que sale la basura aprovecho para volver a citar a este nuestro edil…que como por lo que nos cobra o pretende por la Tasa de Gestión de Residuos de Naturaleza Urbana…creo que a partir de diciembre me la van a bajar a la calle...así que una cosa menos… Y así de esta guisa…llego esprintando al coche, tan rápido que creo que Usain Bold ha debido de perder su record en los 100 metros… y entonces -…¡qué tiemble Fernando Alonso!!!!... He conseguido que el motor de mi coche consiga el 0 a 100 km/h en 3 segundos, sin venir de serie…¡Y como una exhalación! ¡Y con el riesgo añadido del “pitufo multón”…! Me dirijo al colegio… ahora es cuando aparece el estilo libre de este deporte…depende de la hora y el tiempo empleado en ejecutar las funciones anteriormente citadas... dispongo de tiempo para aparcar el vehículo o bien, nos tiramos en marcha para alcanzar la puerta de entrada. Y ya solo queda la carrera a la meta…que no son más que 200 metros de nada, cuesta arriba y con multitud de obstáculos (niñ@s, mochilas, almuerzos, etc,etc).

Y después de toda esta actividad….reconduzco mis pasos al vehículo abandonado con las luces de emergencia… y tras un ligero viajecito de 40 minutos he llegado a mi destino...¡Próxima estación...atención estación en curva, tengan cuidado para no introducir el pie entre coche y andén”… y creo que la segunda parte de esta historia os la contaré otro día…