viernes, 1 de febrero de 2013

El tiempo perdido



Hay un montón de cosas que no puede comprar el dinero, pero solamente en la teoría, porque sinceramente en la práctica y con tanto materialismo que nos rodea, el dinero actualmente lo puede o podría, comprar “casi” todo.

La belleza, obviamente a través de un fantástico cirujano plástico, la salud contratando el mejor equipo médico del mundo, la felicidad “de hoy en día” vacía de sentimentalismos es de lo que más barato saldría comprar, y a partir de estos tres pilares básicos, si podemos comprar lo anterior, lo podemos comprar “casi” todo.

He valorado opciones de ese “casi” y creo que el ejemplo más relevante de lo que el dinero no puede comprar “es el tiempo perdido”. Todos en la vida tenemos la sensación de que en cierto momento hemos perdido el tiempo, tiempo preciado que nunca más volverá, y que realmente manifiesta su importancia cuando la persona (en el mayor número de casos) o “ser” querido desaparece de nuestro lado.

Cuando alguien que queremos muere o ya no está con nosotros, ese tiempo perdido es el que empieza a inundar nuestros recuerdos: “y si hubiese hecho esto o aquello” o peor aún “y si hubiese dicho”, pero el tiempo ya se ha ido, ese momento de oro ya ha pasado y todo lo que no hayas hecho o dicho, no hay manera de cambiarlo.

Hace tiempo, por desgracia, me di cuenta de lo importante que es cuidar de la gente a la que quieres, a los amigos, a los compañeros, a la familia, para que cuando desaparezcan de nuestro lado, o nosotros del suyo, no quede ese amargo sabor de boca que deja la sensación de haber dejado algo por hacer. Del mismo modo no se puede actuar siempre sabiamente y habrá casos en los que no es posible evitar que ese sabor a hiel salga a flote, pero es un buen propósito y en nuestras manos está el intentar llegar a viejo con el menor número posible de ellos.

Se puede “decir te quiero” de múltiples formas y maneras, implícita o explícitamente, va en la forma de ser de cada uno, yo prefiero expresarlo diciéndolo e intento traducirlo en hechos, y sobre todo, de manera sincera y de corazón, lo cuál es el mejor somnífero para dormir cada noche.

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